Unos días después de cumplir cinco años, Santa Marta volvió a mirar a su antiguo guardia: El Morro. Ahora, bajo el sistema de energía solar, este símbolo de roca que ha aparecido durante siglos como baluarte defensivo y territorio sagrado, Se lo ve todas las noches como parte de un regalo para una ciudad que lo pensó durante generaciones.
La Universidad de Magdalen fue gerente de este honor en Luz. La Armada fue una presentación oficial realizada frente al mar. El acto, más cerca de la poética que el protocolo, hizo que el protagonista sea el Morro, que ahora se involucrará desde las 6:00 de la tarde hasta la medianoche.
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“Nunca lo mires como una piedra. Parece un guardia de nuestro pasado, Pero también nuestro futuro, “Pablo Vera Salazar, rector de la Universidad de Magdalene, se expresó con emociones, mientras que la nariz estaba llena de destellos, también mencionando que la propuesta no solo era visualmente, sino que era un llamado al diálogo con la historia, la espiritualidad de los antepasados y el territorio de Samaria.
El trabajo, basado en energía pura gracias a 16 paneles solares y 20 reflectores instalados en su primera fase, busca resaltar el valor cultural y natural de Morroaproclamó un monumento nacional y consideró uno de los 348 sitios sagrados de la línea negra por los pueblos indígenas de Sierra Nevada.
Además, Rector anunció que la idea es proyectar un signo monumental, con tecnología láser o holográfica, y sugirió que el lugar se entregue en la administración a la universidad Haz esto a un destino turístico educativo y espiritual.
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“Queremos que la nariz sea un espacio de buceo, Para que los niños conozcan esto, para que los pueblos indígenas hagan sus ceremonias. Que este es un faro, no solo luces, sino también por la vida de Santa Marta “, dijo Vera Salazar.
De la institucionalidad, la respuesta es apoyada. El alcalde de Santa Martha, Carlos Pinedo Cuello, no perdió: “La excelente iluminación de Morro. Mirando que era una fuente de orgullo”, dijo.
A su vez, el obispo de la diócesis, el monseñor José Mario Bacci, también se unió a la admiración: “Tiene un valor simbólico. Es como el reanudamiento de la ciudad que todos esperamos”.
Los turistas y los ciudadanos acordaron las emociones. Miriam Rodríguez, una blasfemia con sede en Santa Marta, dijo que “era dar una nariz para dar la vida de Santa Marta”. Y Luz Fanny Cristancho, un visitante de Atlanta (Estados Unidos), resumió la impresión colectiva: “Estoy encantado y quiero volver”.
Morro, quien también llamó a Shibaldigek a los nativos, permanece no solo como una formación geológica, sino también como faro de esperanza, un ícono que conecta el pasado, el presente y el futuro.